Una de las personalidades crypto más nombradas de la actualidad es la de Sam Bankman-Fried, mejor conocido como SBF. Sam se convirtió en una de las personas más ricas e influyentes de la comunidad cripto, no solo por su juventud sino también por su espíritu emprendedor, forjado gracias a sus dos grandes éxitos: Alameda Research y el exchange FTX, todo ello sin cumplir sus 30 años.
Sin embargo, de la noche a la mañana FTX, su mayor desarrollo empresarial, se derrumbó, y con él su fortuna valorada en 18 mil millones de dólares se evaporó, todo ello en un lapso de no más de una semana. Una semana en la que se descubrieron una serie de secretos y malas prácticas que llevaron a todo su imperio al desastre. A continuación te contamos quién es Sam Bankman-Fried y todo lo que debes conocer sobre este popular personaje en la industria cripto.
Los primeros años de Bankman-Fried
Sam Bankman-Fried nació el 6 de marzo de 1992, en la ciudad de California, Estados Unidos, en medio de una familia formada por dos profesores de derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford. Sus padres le educaron en medio de una fuerte filosofía del utilitarismo, lo que llevó a Bankman-Fried a tener un fuerte sentido de que sus acciones deben ser útiles y beneficiosas para los demás.
Sus primeros años son una total incógnita, pero él mismo reveló que la escuela no era su espacio favorito ya que la consideraba «aburrida». Lo que sí se conoce de forma pública, es que Bankman-Fried asistió a la escuela secundaria de Crystal Springs Uplands School en Hillsborough, California, considerada una de las 50 mejores escuelas de los Estados Unidos. Durante su formación, participó en un programa académico de verano para estudiantes de secundaria superdotados en matemáticas, lo cual evidenciaba su afición por las matemáticas y su inteligencia. De hecho, llegó a asistir al Canadá/USA Mathcamp, que le proporcionó el reto intelectual que necesitaba.
Una vez graduado, se propuso como objetivo entrar al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en el cual se graduó en 2014, obteniendo una licenciatura en física y una especialización en matemáticas. De todo este periplo educativo, Sam Bankman-Fried es conocido por una cosa: despreciar abiertamente la educación formal, ya que considera que no prepara a las personas para el trabajo en la vida real, algo que mencionó abiertamente en una entrevista con Yahoo Finance, en agosto de 2021.
Sin embargo, su paso por MIT fue crucial para la vida de Bankman-Fried, ya que en este lugar conoció a varias personas que luego formarían parte de su séquito más cercano en la construcción de su imperio. Para el año 2014, Bankman-Fried y su mejor amigo, Zixiao «Gary» Wang (quien se convertiría en CTO y co-fundador de FTX y Alameda Research), tomarían gran interés en el mundo cripto.
Si bien Bankman-Fried tenía experiencia en el manejo de trading y mercados, gracias a sus prácticas en Jane Street Capital, el mundo cripto era algo totalmente nuevo para él. Por su parte, Wang sí que tenía algo de experiencia, e incluso Wang habría ganado unos miles de dólares en un solo semestre gracias a un bot arbitraje de bitcoin que él mismo diseñó. Con ese conocimiento, ambos comenzaron a estudiar el ecosistema y vieron el potencial de la tecnología para transformar el mundo.
Sus primeros pasos en cripto y el lanzamiento de Alameda Research
Luego de graduarse en 2014, Sam Bankman-Fried comenzó a tomar mayor interés en el mundo cripto. Para ese entonces, aún trabajaba para Jane Street Capital, pero en 2017 decidió que era hora de buscar nuevos horizontes y renunció. Al salir, trabajó brevemente como director de desarrollo en el Centro para el Altruismo Efectivo en Berkeley, CA, mientras estudiaba la idea de crear su propia empresa de comercio de criptomonedas.
Con esto en mente, a finales de 2017, Bankman-Fried, Tara MacAulay y Zixiao «Gary» Wang dieron el paso definitivo hacia el mundo crypto y fundaron: Alameda Research. Esta empresa está enfocada en el trading cuantitativo y especializada en el mercado de criptomonedas. Sus estrategias incluyen el arbitraje, la creación de mercados, yield farming y el comercio de volatilidad. El éxito de Alameda no fue inmediato, pero los buenos pasos dados por Bankman-Fried le llevaron rápidamente a crecer.
Por ejemplo, en enero de 2018, Bankman-Fried organizó una operación de arbitraje, moviendo hasta 25 millones de dólares al día, para aprovechar el precio más alto del bitcoin en Japón en comparación con el precio en América. En un solo día, Alameda había ganado 20 millones de dólares con solo esa oportunidad de arbitraje. Luego, con la llegada de DeFi y la apertura de mayores oportunidades de arbitraje, el crecimiento de Alameda fue explosivo, incluso estando en medio del mercado bajista de esa época.
La creación y evolución de FTX
El éxito de Alameda rápidamente llevó a que Bankman-Fried y Wang decidieran diversificar el negocio con la creación de FTX. Así, en mayo de 2019 fundaron este exchange que funcionaba inicialmente dentro de la estructura de Alameda Research. Si bien inicialmente las cosas no iban tan bien, una inversión lo cambiaría todo: Changpeng Zhao, mejor conocido como CZ, CEO y fundador de Binance, compró una participación del 20% en FTX por aproximadamente 100 millones de dólares, tan solo seis meses después de que Bankman-Fried y Wang comenzarán la firma.
Con esta pequeña inyección de liquidez, Bankman-Fried y Wang mejoraron la infraestructura de FTX y comenzaron a formar una plataforma de trading decente para sus usuarios. El primer gran éxito de FTX en ese sentido fue la adquisición de Blockfolio en agosto de 2020. La tecnología y productos de Blockfolio, rápidamente transformaron la experiencia de uso de FTX y se convirtió en una plataforma de trading de alto nivel.
El mayor éxito llegaría en junio de 2021, cuando FTX recaudó 900 millones de dólares, alcanzado así una valoración de más de 18.000 millones de dólares, todo ello gracias a la entrada de más de 60 inversores, entre los que se encontraban Softbank, Sequoia Capital y otras empresas. En este punto, Bankman-Fried hace una jugada única: comprar la participación de CZ por aproximadamente 2.000 millones de dólares. Sin duda, la inversión temprana de CZ se convirtió en una gran jugada de inversión, pero Bankman-Fried tenía otras cosas en mente: enfrentarse a Binance y salir victorioso, algo que no podría hacer con CZ manteniendo su poder en el 20% de la empresa y con el riesgo de comprar más participación.
Ese mismo año, en septiembre de 2021, FTX trasladó su sede de Hong Kong (en los cuarteles de Alameda) a las Bahamas, buscando un espacio con menos regulaciones para sus operaciones. Bankman-Fried y Wang ahora tenían una mayor libertad para operar el exchange como desearan, pero también comenzó otro punto nuevo: la vida de extravagancia de Bankman-Fried.
Bankman-Fried: sencillez y lujo en una misma persona
Sam Bankman-Fried no es solo conocido como un utilitarista de primer orden, centrado en creer que sus acciones fomentan la felicidad o el placer de quienes le rodean, sino que busca dejar un alto impacto positivo en la sociedad en general. Es además un conocido personaje entendido por su desdén al aseo personal, por el hecho de dormir en las oficinas de Alameda y FTX, incluso a la vista de los visitantes, o de recibirlos con una simple camiseta, shorts y sandalias, todo ello además de mostrarse abiertamente vegano.
Dicho así, pareciera que a Sam Bankman-Fried no le importaba en lo más mínimo los lujos. Sin embargo, esto no es del todo cierto, ya que con el traslado de FTX de Hong Kong a Bahamas, Bankman-Fried y su círculo más cercano, todos ellos viejos amigos del MIT y Jane Stree, entre los que se encontraban Nishad Singh, Gary Wang y Caroline Ellison, vivían junto a él y otras 5 personas en un «ático» en las Bahamas.
Llamarle «ático» como el mismo Bankman-Fried le llamaba es darle un sentido distinto a lo que en realidad era ese lugar: un lujoso penthouse de 12.000 metros cuadrados, ubicado en Albany Resort, un complejo turístico de lujo situado en la isla de Nueva Providencia, en las Bahamas, y que está valorado en 40 millones dólares.
Este era el espacio en el que Bankman-Fried y su círculo más cercano vivían y deja patente que, pese a toda la sencillez transmitida en su día a día frente a la empresa y los medios, la verdad es que su vida privada se llenaba de lujos y un estilo de vida muy distinto al que profesaba públicamente.
El principio del fin de Alameda y FTX
Sin embargo, este estilo de vida en realidad no era más que una fachada. La enorme riqueza de Sam Bankman-Fried provenía sobre todo de un juego peligroso: usar a FTX y Alameda para conseguir prestigio y liquidez de sus usuarios e inversores, para con ello realizar operaciones de alto riesgo, en las que muchas veces, el token FTT de FTX era el protagonista.
FTX usaba esta estrategia en la que, siendo un gran tenedor de FTT, podría usarlos para obtener créditos de bajo coste pagados con FTT directamente de Alameda, o hacer lo contrario (de FTX a Alameda) si era necesario. Un círculo vicioso que terminó por explotar en mayo de 2022 con la caída de Terra/Luna, un evento que sacudió los cimientos del mundo DeFi, un espacio donde Alameda tenía grandes inversiones, préstamos y una enorme exposición al riesgo.
Esta situación hizo que Alameda sufriera enormes pérdidas monetarias, que se tradujeron a la vez en la imposibilidad de cubrir los compromisos de pago con FTX (quien le habría prestado dinero antes de este evento).
Ante la situación, Sam Bankman-Fried trató de salvar Alameda con la decisión más alocada que pudo tomar: tomar dinero de los usuarios de FTX e inyectarlo a Alameda con el fin de poder mantener los compromisos de pagos de Alameda al día. Básicamente, lo que hizo fue maquillar las cuentas de FTX para mostrar dinero que en realidad no estaba en su poder, sino que le había sido transferido a Alameda, incluyendo préstamos asignados a su persona (cerca de mil millones de dólares).
La decisión irresponsable de Bankman-Fried solo terminó por incendiar a FTX y, en otro intento de salvar la situación, abusó de su posición privilegiada para valerse de FTX Ventures y FTX Launchpad y amasar tokens de otros proyectos que serían lanzados o soportados por FTX, y que quedarían en manos de Alameda.
De esta forma, en caso de que estos tokens se revalorizaran, Alameda obtendría liquidez que podría usar para devolver a FTX los fondos prestados. Sin embargo, el mercado bajista aumentó la presión en el ecosistema frenando los lanzamientos de nuevos proyectos, debilitando en mercado a los existentes y con ello, haciendo que la estrategia de FTX y Alameda fuera inútil.
La presión acumulada llevó a que en agosto de 2022, Sam Trabucco, dimitiera de su cargo y Caroline Ellison se convirtió así en la única directora general de la empresa. En este punto, la situación se deteriora rápidamente y el 8 de noviembre saltaron las alarmas: FTX tenía una crisis de liquidez, lo que llevó a Bankman-Fried a buscar un salvavidas. El único con esa capacidad era el CEO de Binance, Changpeng Zhao quien en un primer momento se mostró de acuerdo, haciendo público en Twitter el acuerdo no vinculante entre ambos.
Con el anunció la falta de confianza en Alameda se disparó, la empresa comenzó a caer y FTX también se vio afectada. El valor de FTT el token de FTX, comenzó a caer aún más, y con ello se borró toda fortaleza económica en Alameda, el problema se retroalimentaba y la situación cayó en una espiral insalvable.
Al día siguiente, el 9 de noviembre, Sam Bankman-Fried se enteraba del retiro de Binance de su intención de compra, citando el mal manejo de los fondos de los clientes por parte de FTX y las investigaciones pendientes de FTX como las razones por las que la empresa no seguiría adelante con el acuerdo. Las alarmas se disparan, Alameda se derrumba y su web es puesta fuera de línea, la acción es completada con un cierre de retiros de parte de FTX.
En medio de la desesperación, FTX y TRON de Justin Sun llegan a un acuerdo: TRON suministraría en la medida de lo posible, liquidez suficiente para que las operaciones de FTX mantuvieran su curso y así «ayudar a las personas del exchange a salvar su dinero». Para ello, solo podrían usarse tokens de la red TRON, teniendo especial énfasis el token USDD, la stablecoin algorítmica de TRON.
Si bien las operaciones comenzaron, no tardó en verse el efecto negativo de la misma. Los tokens TRON en FTX se vendía con un sobreprecio de hasta 500 % solo en su primer día y USDD comenzó a sufrir problemas de estabilidad de los cuales aún no se ha recuperado del todo (al menos al 20 de noviembre de 2022, la situación de USDD mantiene el depeg con el dólar). Las quejas, el sobreprecio y la delicada situación en general llevaron a Bankman-Fried a aceptar lo inevitable: Alameda y FTX habían caído para siempre. Así, el 11 de noviembre de 2022, Sam Bankman-Fried anuncia en Twitter que ha declarado voluntariamente la bancarrota de Alameda y FTX.
Otros puntos interesantes y polémicos de Sam Bankman-Fried
Si bien, Sam Bankman-Fried claramente cometió graves errores al manejar Alameda y FTX, la realidad es que también ha realizado acciones altruistas destacables. Por ejemplo, se sabe que ha donado más de 100 millones de dólares a distintas organizaciones que apoyan causas relacionadas con los animales, la pobreza mundial, el cambio climático, la bioseguridad y la preparación para pandemias. Incluso, en junio de 2022, Bankman-Fried firmó el Giving Pledge, un compromiso público de las personas más ricas del mundo de destinar la mayor parte de su riqueza a la filantropía.
Sin embargo, un punto polémico del mismo es la cercanía familiar y propia al partido demócrata estadounidense. De hecho, el mismo Bankman-Fried fue uno de los mayores donantes de la campaña que llevó a la presidencia a Joe Biden. Las donaciones en este sentido ascienden a más de 50 millones dólares, al menos las conocidas públicamente.
En todo caso, Sam Bankman-Fried es una persona única, por un lado se convirtió en el símbolo para muchos dentro de la comunidad, pero al mismo tiempo, hizo todo lo posible para autoinmolarse con sus malas decisiones consiguiendo hacer desaparecer dos grandes empresas cripto y hundir el mercado en general en solo tres días.