Elegir representante parlamentario en unas elecciones forma parte del proceso democrático. Pero este formato, tildado de joven en algunas naciones, podría actualizarse con la celebración de unas elecciones con tecnología blockchain.
Elecciones 2019: Vota Blockchain
Imagínate poder votar desde el salón de tu casa o cualquier otro punto del planeta más allá de tu sofá. Imagínate no tener que atender de forma obligatoria la convocatoria como integrante de una mesa electoral. En Bit2me, nos imaginamos esto y mucho más, ¿Por qué? Pues porque llevamos tiempo trabajando con la tecnología Blockchain como la de Bitcoin y sabemos que aun puede aportar mucha innovación.
Hemos elaborado este artículo para proyectar las ventajas que tendría el uso de la blockchain en un sistema de votación electoral. Para ello, hemos analizado superficialmente los datos ofrecidos por el Boletín Oficial del Estado y algunos medios de comunicación. Tras esto hemos intentado responder a la pregunta ¿Qué podría mejorar la tecnología blockchain en algunos puntos de un proceso electoral?
Unas elecciones tienen cuatro etapas fundamentales: convocatoria, campaña, votación y toma de poder. Es durante la campaña y la votación donde unas elecciones con tecnología blockchain podrían presentar una serie de ventajas frente al sistema actual.
Antes de seguir, queremos matizar que cuando nos referimos a tecnología blockchain, hablamos de la aplicación coordinada de varias tecnologías para crear redes distribuidas de datos donde la información pueda ser pública y sin capacidad de alteración. Principalmente nos referimos a tecnologías de transmisión de datos digitales, el cifrado mediante sistemas de criptografía fuerte y protocolos de consenso para la validación de la información.
Ventajas de un método de votación Blockchain
Utilizar una cadena de bloques para realizar un proceso de elección o votación conlleva una serie de mejoras técnicas. Estas repercuten en que el sistema sea:
- Más transparente: Todo el mundo puede verificar los resultados sin depender de un tercero.
- Minimizar los errores humanos: El proceso de recuento requiere de varias personas para hacer evitar cometerlos. Con blockchain el proceso sería mucho más eficiente.
- Ahorro en coste: Si algo está claro es que la movilización de las jornadas electorales y todo el material utilizado requieren de un gasto muy elevado, algo que podría evitarse con la tecnología blockchain.
- Verificación del voto: Gracias a la transparencia de la tecnología blockchain, verificar que tu voto ha sido computado correctamente sería tremendamente fácil. Y no sólo eso, sino que además sería muy rápido de poder comprobar.
- Evitar falsificaciones: La tecnología blockchain ha avanzado mucho en el campo de la firma digital para la correcta autenticación de identidad. Falsificar una firma es mucho más difícil que hacerlo con el sistema actual.
- Aumentar la seguridad del proceso: Todas las ventajas anteriores repercuten en elevar la seguridad de este proceso muy por encima de los estándares actuales.
Gasto público
Las elecciones del 28 de Abril costarán unos 138 millones de euros. Estos gastos están destinados a pagar:
- el voto por correo
- el envío de propaganda electoral
- las fuerzas del estado que velan por la seguridad durante la jornada electoral
- la empresa que comunica el escrutinio.
A este gasto hay que sumar la subvención pública a los partidos políticos para el desarrollo de sus actividades y el material utilizado para el desarrollo de la jornada electoral. Casi unos 200 millones de euros que no se utilizan de forma más productiva.
Representación parlamentaria
Una vez terminadas las elecciones, el BOE establece que cada formación con representación parlamentaria recibirá :
- 21.167,64€ por cada escaño obtenido en el Congreso de los Diputados o en el Senado.
- Subvención de 0,81 euros por cada uno de los votos obtenidos por cada candidatura al Congreso, uno de cuyos miembros, al menos, hubiera obtenido escaño de Diputado.
- Subvención de 0,32 euros por cada uno de los votos obtenidos por cada candidato que hubiera obtenido escaño de Senador.
Y además también, el «Estado subvencionará a los partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones, los gastos electorales originados por el envío directo y personal a los electores de sobres y papeletas electorales o de propaganda y publicidad electoral»:
- Se abonarán 0,21 euros por elector en cada una de las circunscripciones en las que haya presentado lista al Congreso de los Diputados y al Senado, siempre que la candidatura de referencia hubiera obtenido el número de Diputados o Senadores o de votos preciso para constituir un Grupo Parlamentario en una u otra Cámara.
Impacto Material
Aunque desde las altas esferas se empeñen en que el cambio climático es una decisión política, no lo es. El cambio climático no se vota, ni por votar a unos u otras va a desaparecer durante una legislatura. A día de hoy, votar a representantes que no dudan en impactar al planeta para spamear tu buzón no parece la solución más responsable. Y es que la supervivencia no entiende de ideologías.
Papeletas
Supongamos que el total de electores son 40 millones. En un estado tradicionalmente bipartidista, supondría el tener como mínimo 80 millones de papeletas, y 40 millones de sobres para poder realizar el proceso de votación de la cámara baja. Como es de esperar hay otros partidos que aspiran a tomar el poder del parlamento para diseminar su ideario en forma de leyes. Pongamos que son 4, esto conlleva imprimir 160 millones de papeletas, pero sabemos que en realidad hay más de cuatro.
A esto hay que añadir, las papeletas de la cámara alta o senado. Una por persona 40 millones más, como mínimo. Y por supuesto, para conservar el «voto secreto», 40 millones de sobres más para ello.
Spameo electoral
Las formaciones políticas, son conscientes conscientes de que en las mesas electorales hay material de sobras para empapelar los bocatas de toda la galaxia. A pesar de ello realizan una actividad que ellos denominan «buzoneo», pero que nosotros preferimos llamarle SPAM. Con ello, te envían una copia más de la papeleta del senado ya rellenada y una más de las cortes.
Entonces habría que añadir 80 millones de papeletas más por partido en dirección a los hogares de los votantes. Pero en el ejemplo hemos contado cuatro formaciones políticas, por lo que serían 320 millones más.
Hay que agradecer a las formaciones que durante este proceso den prioridad a la salud del planeta. Como por ejemplo, aquellas que se acuerdan de envasar su SPAM en «plástico del bueno», para que sepamos quien son los que invitan en el envenenamiento del mar.
Superficie electoral: medir la extensión de papel
Las medidas de una papeleta de la cámara baja son aproximadamente de 10,4 x 22,2 centímetros. La superficie abarcada por esta papeleta, es de 230,88 cm². Por otro lado, las papeletas de la cámara alta, son mayores en tamaño. Estas alcanzan el formato DIN A4, es decir, 21 x 29,7 cm y su superficie es de 623,7 cm².
Extensión de papel
Sabiendo la superficie que ocupa cada papeleta, podemos hacernos una idea de cuanto abarcaría cada partido por cada millón de habitantes si se cumple que hay:
- 1 millón de papeletas de cámara baja en las mesas electorales
- 1 millón de papeletas de cámara baja enviadas por correo spam
- 1 millón de papeletas de cámara alta enviadas por correo spam
- 1 millón de papeletas de cámara alta en mesa electoral, dividido por el número de formaciones políticas.
La superficie igualada por las papeletas de la cámara baja resultaría de multiplicar 2 millones por 230,88 cm². Lo que resultaría en 461,76 millones de cm², que pasado a m² vendría a ser unos 46176 m². Para que te hagas una idea, el terreno de juego del FC. Barcelona mide 7140 m², casi siete veces menos.
La superficie igualada por las papeletas de la cámara alta serían variables, pero de haber sólo una formación política, habría que multiplicar 2 millones por 623,7 cm². Esto resultaría en 1247,4 millones de cm², que pasado a m2 vendría a ser 124740 m². ¡Vaya! unos 17 campos de fútbol.
Por lo tanto, una formación política y un millón de votantes, daría para empapelar 24 campos de fútbol. De ser 40 millones de electores hablaríamos de 960 campos de futbol por formación política. Con cinco formaciones se cubriría toda la zona del aeropuerto madrileño de Barajas Adolfo Suárez.
Anonimato / Voto anónimo
En la actualidad los sistemas de votación no pueden garantizar el completo anonimato del voto. Existen vulnerabilidades conocidas en los sistemas para lograr esto. Los gobierno lo saben pero han preferido tomar solo medidas para mitigar esto, o han callado para usarlas a favor.
En cualquier caso, otro punto a favor de las votaciones blockchain es la capacidad de respetar el principio del secreto del voto. Con la tecnología blockchain, podemos prescindir de los cuadernos electorales y atacar las vulnerabilidades que atentan contra este principio.
Otro punto a favor de la blockchain en este sentido, es que nuestro voto puede ser emitido sin tener que relacionar nuestros datos. No hay necesidad de dar nombres, DNI, o algún dato personal. La autenticación está protegida por criptografía fuerte y una infraestructura de claves públicas. Todo a la vez que nuestros datos están protegidos y garantizados por criptografía fuerte y una cadena de datos inmutable.
Con este esquema de anonimato se busca evitar situaciones de compra de votos y otras situaciones de coacción. Sin embargo, este es el mayor desafío detrás de la tecnología de votaciones usando blockchain. Pues su correcto funcionamiento depende de separar y anonimizar los datos de la votación, del sistema de autenticación. Un reto a superar y en el cual se trabaja arduamente, como el caso de los sistemas de autenticación soberana.
Ahorro y descentralización
Los sistemas electorales actuales están basados en tecnologías privativas que tienen un costo enorme tanto en licencias como en mantenimiento de los sistemas y actualizaciones. En este punto nos preguntamos ¿Por qué un acto público como una votación es manejado por empresas transnacionales privadas? ¿Por qué no crear una estructura de hardware y software abierto, público y auditable por todos?
Aunque parezca lo contrario, un sistema abierto no solo da pie a una enorme mejora en los sistemas electorales, su confianza y seguridad. Sino que permite un enorme ahorro de dinero público y una mejora en el diseño de estos sistemas.
Fiabilidad
La fiabilidad del proceso electoral, en su etapa de votación, ha incurrido en cruces de acusaciones de manipulación en numerosas ocasiones. Esto ha ocurrido en países con una democracia emergente, y en países como Estados Unidos. Es en ese momento donde se da una posible falla bizantina en el sistema. El elector no es capaz de distinguir si ha habido error o no, por lo que no se puede llegar a un consenso sobre ello y se generan dudas sobre el sistema de voto. Sólo la simpatía hacia una u otra fuerza política ya puede conllevar a la distorsión en la detección de estos fallos.
En un post de opinión de Ars Technica, se asegura que unas elecciones basadas en blockchain acabarían en desastre para el sistema democrático. El post elabora una crítica sobre otro artículo del New York Times titulado It’s Time for Online Voting. Timothy B. Lee sugiere que «un sistema de votación con blockchain pondría en peligro la integridad del sistema electoral y la fe del electorado en los resultados de la votación». El autor sostiene que este sistema tampoco mejoraría la interferencia de las formaciones en el proceso bajo alegatos de manipulación. Si bien esto puede ser cierto, es poner el foco lejos de los problemas solucionables con la tecnología. Al fin y al cabo, una votación no es una cuestión de fe, es una cuestión confianza y transparencia.
De otro modo, si hay algo que pone una democracia en riesgo, son este tipo de insinuaciones. Bien por haber incurrido en ellas y preferir no poner solución o bien por inducir miedo con ánimo de bloquear cualquier mejora. La experimentación es la clave para desterrar las fobias al progreso.
Elecciones y Blockchain: un largo camino por recorrer
La puesta en marcha de un mecanismo como la cadena de bloques no se hace en un momento si no hay una infraestructura preparada. Esta circunstancia tiene mayor peso cuando este sistema debe de substituir a un mecanismo de uso público en activo. Las principales barreras de entrada serían pues, la falta de infraestructura inicial y la educación ciudadana para su buen uso.
Los mecanismos de implantación de un sistema como este deben operar de forma progresiva para no caer en el fracaso. Además, hay que tener presente que un sistema innovador puede tender sólo a mejorar partes de un problema. Y por ello no es garantía de ser la solución definitiva al conjunto del supuesto. Nadie debe de esperar milagros, pero si al final se mejora de algún modo lo que ya hay, merece la pena intentarlo.
Sería injusto e irresponsable decir que un formato de elecciones basadas en blockchain no comportaría ningún riesgo. El sistema seguiría presentando vulnerabilidades. Y tampoco podría garantizar la honradez y eficiencia de los candidatos elegidos. La experiencia es necesaria para poder observar los puntos débiles de una estructura basada en la innovación. Debido a esto, el beneficio no sería observable a corto plazo. Aunque con el paso de los años, ¿Quién sabe? ¿Y si en vez de votar a candidatos, se pudiesen votar periódicamente propuestas con smart contracts? Imagina por un momento que el destino de un país es decidido cada día por sus habitantes, como ocurre en las BIP de Bitcoin.
Está claro que nada es perfecto. Pero una democracia gestionada con blockchain podría llegar a mejorar la capacidad decisión sobre aquello que es más importante para la población.
La ciudad de Zug en Suiza
No todo es usar la imaginación. Hay compañías que llevan explorando este terreno desde hace un tiempo. Además, hay ciudades que ya han probado esta experiencia. Zug es una pequeña localidad alpina en Suiza. Es famosa por albergar la mayor concentración de negocios de desarrollo sobre Ethereum. En Julio de 2018, se hizo un primer experimento en una votación municipal de esta localidad. Cabe decir que Suiza es un país bastante abierto al uso de referéndum público, es decir, a someter al escrutinio ciudadano la toma de algunas decisiones.
Quizás es por esto que el experimento realizado en Zug fuese un éxito total. Y es que la escena política no debería jamás tener miedo a someter a votación nada que de lo que solicite la ciudadanía. Al fin y al cabo como suelen promulgar las constituciones, el poder emana del pueblo.