Los bloques son los pilares de construcción de una blockchain y estos presentan una ciertas características que los diferencian unos de otros. Conoce sobre las mismas y entiende un poco más sobre como funciona toda la tecnología que hace posible a las criptomonedas.
Desde la creación de la tecnología blockchain, una parte importante de la misma han sido los tipos de bloques y sus características. Ello se debe a que los bloques son las partes de construcción del historial de la blockchain. De allí la importancia de conocer los tipos de bloques que existen, para poder identificarlos de forma exitosa y entender su papel en la tecnología blockchain.
Es por ello, que el siguiente artículo está dedicado a explicar de forma sencilla los 3 tipos de bloques que existen en las distintas blockchain.
Tipos de bloques en blockchain
Bloque génesis
Un bloque génesis viene a ser el primer bloque de una blockchain, de allí su nombre pues es el «génesis» de esa blockchain. Estos bloques son la piedra angular de toda blockchain y el inicio de su futura historia. El primer bloque génesis de todo el criptomundo fue minado por Satoshi Nakamoto en la creación de Bitcoin. Este hecho se hizo público el día 3 de enero de 2009, cuando Nakamoto puso en marcha su idea. Había dado comienzo a una revolución tecnológica mundial, que sigue evolucionando en la actualidad.
La existencia del bloque génesis permite que la blockchain pueda comenzar a crear su historial de operaciones o transacciones. Dicho bloque fundacional permite que el nuevo bloque creado, sea asociado con un estado anterior. A través de esta asociación, la blockchain puede garantizar su inmutabilidad. Esto gracias al uso de tecnología como el árbol Merkle. Este permite asociar el historial de bloques con un hash único atribuible a dichos bloques. Cualquier alteración por mínima que esta sea, evita que la verificación de la raíz Merkle (Merkle Root) sea correcta invalidando parte o todo el historial de la blockchain según el caso.
Además, el bloque génesis tiene un importante función al permitir la sincronización de los nodos de la red. La sincronización sólo es posible cuando los nodos tienen el mismo bloque génesis en sus bases de datos. Esto garantiza que el libro de transacciones distribuido de la blockchain sea el mismo para todos aportando seguridad.
En ese sentido, podemos ver al bloque génesis como «la piedra angular» de toda la tecnología blockchain. Por lo tanto, todo blockchain tiene un bloque génesis, todas ellas tienen esta «piedra angular» en su historia.
Bloques válidos
Los bloques válidos son todos aquellos bloques que han sido minado y han sido incluidos en la blockchain. Para ello, cada bloque minado debe pasar por el consenso de la red y reportarse como un bloque que ha logrado resolver el acertijo criptográfico asignado. Una vez la red ha entrado en consenso el bloque es incluido en la blockchain y propagado por todos sus nodos. De esta forma, cada nodo de la red cuenta con el nuevo bloque y sirve de punto de verificación para el mismo.
Estos bloques son los que permiten el funcionamiento de la blockchain y sus transacciones. Cada bloque válido lleva dentro de sí una serie de transacciones que son validadas junto a ese bloque. Por ejemplo en Bitcoin, cada bloque valido lleva un promedio de 2100 transacciones en su estructura. De esta forma, cada transacción incluida en el bloque válido pasa a ser una transacción confirmada. De allí en adelante, cada bloque válido agregado a la blockchain sigue confirmando las transacciones anteriores. Con ello se permite asegurar al máximo cada transacción y bloque en la red.
Por supuesto, cada bloque válido va acompañado de una estructura de datos que permite verificar este hecho. En la estructura se encuentra el hash del bloque, el Merkle Root, el timestamp, el nonce, los datos de las transacciones del bloque y la coinbase. Todo ello dispuesto de forma tal que pueda verificarse cada dato de forma pública.
Bloques huérfanos
Los bloques sueltos o huérfanos son bloques válidos que no forman parte de la blockchain. Estos suelen ocurrir cuando dos mineros producen bloques casi al mismo momento o pueden ser causados por atacante con suficiente poder de hashing al tratar de revertir una transacción. En este momento, el protocolo de consenso de la red entra en acción para decidir qué bloque será validado (incluido en la cadena) y cual será dado por huérfano.
La realidad es que la red tiene programado que la blockchain siempre se decidirá por la blockchain más larga. Es decir, aquella que contenga mayor información o transacciones procesadas. Este medio de protección resulta ser muy sencillo y eficaz con esta problemática.
Por ejemplo, suponga que un ciberdelincuente ha decidido atacar la red Bitcoin y crear una conveniente bifurcación (fork). Para hacerlo comienza a minar bloques con el fin de obtener la recompensa de 6,25 BTC de cada bloque. Esto al mismo tiempo, genera una bifurcación de la red que le conviene pues tendrá sus nuevos bloques.
Esto le permitirá hacer uso luego de los fondos que ha obtenido de forma maliciosa. Para lograrlo, el atacante solo se dedica a minar bloques sin procesar transacciones de la red. De esta forma cada bloque que mina solo tiene la coinbase y nada más. La red detecta estos bloques duales, y coteja: ¿Cuáles tienen más información? ¿Cuáles tienen más transacciones? Acá el atacante pierde el juego, pues la red se decidirá inequívocamente por los bloques más grandes.
Por supuesto, que si el atacante llega a obtener más de 50% del poder minero podrá revertir esto, pero no se necesita de semejante poder para calcular un bloque huérfano. Es algo que sucede todo el tiempo y son los protocolos de consenso de la red los que nos protegen de ellos.
Los bloques huérfanos pueden rastrearse en los exploradores de bloques. Por ejemplo, Blockchain.com cuenta con esta interesante funcionalidad.